Barack Obama ha aprovechado la cumbre anual entre
líderes de Estados Unidos y la Unión Europea, celebrada hoy en
Washington, para exigir a sus homólogos europeos que tomen urgentemente
las medidas necesarias para tratar de solucionar la crisis de la deuda
en Europa e intenten evitar un contagio en EE UU. A la cumbre no
acudieron jefes de Estado europeos, pero el presidente estadounidense
envió ese claro mensaje a través de los altos representantes de la Unión
Europea, que acudieron a visitarle a la Casa Blanca.
Por la parte norteamericana acudieron a la cumbre el propio
presidente Obama; la jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary
Clinton, y el secretario del Tesoro (ministro de Economía), Timothy
Geithner. Llegados de Europa, visitaron la Casa Blanca el presidente del
Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el presidente de la Comisión
Europea, Jose Manuel Durão Barroso, y la alta representante
para la política exterior de la UE, Catherine Ashton.
“Les he comunicado que EE UU hará lo posible para ayudarles a avanzar
hacia una economía más fuerte”, ha anunciado Obama tras la cumbre.
“Porque si la economía de Europa se contrae, eso supone que será mucho
más difícil para nosotros crear empleo aquí en EE UU”.
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